Sin embargo, no solo por fuera brilla esta maravilla de la suntuosidad, sino que también cuenta con un equipamiento de primera el cual ha sido pensado en sus tripulantes.
De esta manera, cuenta con una piscina, cancha de basquetbol, una pequeña sala de cine y también un estudio de música. Y ni qué decir de sus lujosas habitaciones y spa puesto que esta embarcación ha sido pensada para los lujos más sutiles.
De hecho, se dice que su dueño, Paul Allen, desembolsó aproximadamente unos 20 millones de dólares al año para poder llevar a cabo este sueño personal.
Solo hasta hoy podremos apreciar este yate, uno de los 3 yates más lujosos del mundo.