Esta tarde, Antofagasta Terminal Internacional (ATI) y la ONG Desierto Azul, lanzaron la campaña “#PorUnBordeCosteroSinColillas”, que considera la instalación de depósitos herméticos para acopiar las colillas para su posterior reciclaje, y de esta forma evitar que terminen en el entorno del borde costero. Los colilleros están instalados en el tramo de la costanera sur entre el Puerto Antofagasta y el balneario municipal.
“Esta iniciativa es parte de nuestro plan de gestión ambiental y nuestro interés en contribuir a la protección del medioambiente, es un aporte a la gestión del reciclaje y revalorización de las colillas de cigarro. Esto no lo hacemos solos, es una iniciativa que compartimos con Desierto Azul, quienes se acercaron a nosotros, nos educaron sobre este residuo, y quisimos ser parte de esta campaña ambiental. Tenemos un compromiso de largo plazo en este sentido y esta alianza con Desierto Azul nos permite dar un paso más en esa dirección”, destacó el gerente general de ATI, Enrique Arteaga Correa”.
La subdirectora de la ONG Desierto Azul, Marcela Martínez, en tanto, afirmó que “esta campaña busca tomar conciencia sobre el cuidado, conservación y recuperación del ecosistema marino de Antofagasta. Queremos invitar a todos los antofagastinos a hacerse parte de esta campaña y concientizarlos de que la colilla no va al piso, además de cuidar los ceniceros. También queremos hacer un llamado a todas las empresas que se sumen, ya que el reciclaje de colillas de cigarro tiene un costo asociado por cada kilo de colillas, por ser un residuo peligroso. Esperamos que en todo nuestro borde costero y en nuestra ciudad hayan colilleros”.
Se estima que las colillas de cigarrillo corresponden al residuo más abundante presente en las playas del país, con un 40% del total aproximadamente.
Los filtros acumulan sustancias nocivas del tabaco, como nicotina, alquitrán, metales pesados, entre otros, que terminan afectando el entorno. Una sola colilla puede llegar a contaminar más de 50 litros de agua dulce y más de 8 litros de agua de mar. Además, son un tipo de plástico y bajo circunstancias específicas (con luz solar y humedad) pueden romperse en pedazos de plásticos más pequeños, dejando escapar microfibras sintéticas al medio ambiente, siendo perjudiciales para la fauna marina y medio ambiente.
“El proceso de reciclaje consiste en purificar la colilla y reutilizar el acetato de celulosa, para luego convertirlo en hojas para escritura en braille”, detalló.
ATI, en su compromiso con el cuidado del entorno, ha implementado una serie de mejoras tecnológicas para el manejo de gráneles minerales, certificándose en Producción Limpia en mayo del 2019; lleva cinco años certificándose con el programa Huella Chile del Ministerio de Medio Ambiente para reducir su huella de CO2 de gases de efecto invernadero; es el primer terminal portuario que cuenta con iluminación en las zonas operativas, que cumplen con la norma de de contaminación lumínica y protección de los cielos astronómicos de la zona norte del país y renueva anualmente las certificaciones ISO de Calidad y Medio Ambiente; entre otras mejoras y avances en esta materia que permiten procesos más eficientes y sostenibles en beneficio de los trabajadores y la comunidad.